Corazón de tinta (II)

Esta es mi primera entrada en esta sección. Aquí Alexia y yo subiremos pequeños textos, reflexiones y lo que se nos vaya ocurriendo. Es como un cajón desastre pero con un nombre bonito (la idea es de Alexia yo habría puesto cajón desastre). En fin, aquí va mi primera aportación a la sección, espero que os guste :)

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Solías llamarme princesa, y yo fingía odiarlo. Pero en el fondo me derretía por dentro, como esos helados que solíamos compartir. Yo chocolate, tú vainilla. Yo noche, tú día. Yo frío, tu calor.

Dicen que los polos opuestos se atraen y eso era lo que me repetía a mí misma cada vez que discutíamos porque tú querías ir al cine y yo a patinar, o cuando tú eras celoso, o cuando nos gritábamos con la única intención de hacernos el mayor daño posible.

A veces me pregunto qué veíamos el uno en el otro, de dónde salía ese magnetismo que me hacía quedarme horas y horas mirando la pantalla, esperando un mensaje tuyo. Espero algún día poder responder a esa pregunta, como a tantas otras que llegan a mi mente cuando pienso en ti.

Pero tú y yo éramos demasiado distintos. Yo era como un pájaro, y tú mi carcelero. Mi jaula era de oro, pero era una jaula al fin y al cabo. Era una jaula construida a base de mimos, de caricias, de te quieros susurrados al oído. Poco a poco lo fuiste logrando, pieza a pieza fui desmontando mi armadura, desvelándote todos mis secretos, esas cosa que ni siquiera yo sabía de mí. Yo te quería, como solo una niña estúpida y enamorada es capaz de querer.

 Nos fuimos distanciando, perdimos el interés. Los besos se quedaron en abrazos, los abrazos en saludos, los saludos en simples asentimientos de cabeza en la lejanía.

Mi príncipe azul empezó a desteñir, a volverse gris, a pasar a ser uno más en la multitud. Pero yo no quise verlo, y acabé con lágrimas de pintura azul que rodaban por mis mejillas y una cicatriz nueva en el corazón.

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Bueno espero que os haya gustado y comentad porfa, que quiero ir mejorando poco a poco (:
Ah, y feliz viernes!!