¡¡Hola tributos!!
Esta es una entrada muy especial, porque es mi hermana pequeña la que la ha escrito. Ella comparte con Alice y conmigo la pasión por la escritura y ha querido hacer esta pequeña contribución a nuestro blog con una historia basada en Tris y Tobias, de Divergente.
¡Esperamos que os guste!
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Miedo
Dos
lágrimas caen por mis mejillas. Mis manos tiemblan por el miedo y se aferran a
ti para no perderte. Caemos por un agujero negro, oscuro y profundo. A cada
segundo que pasa siento que te pierdo. Me agarro a tu piel hasta que queda una
marca roja en tu brazo. Tú lloras, yo simplemente pienso en salir de allí
contigo, aunque muera en el intento, pero tú estarías a salvo, y me
enorgullecería de ese hecho. Empiezo a ver puntos de colores al fondo del
agujero. Parpadeo para soltar las lágrimas que se amarran a mis pestañas, a las
que la gravedad no quiere dejar caer por la mera posibilidad de que, tal vez,
fuera por eso por lo que veía tales puntitos. No es así, cada segundo que pasa
los puntitos comienzan a agrandarse más y más y más hasta que mi vista solo alcanza
a ver colores como el rojo carmín de una puesta de sol, del verde del césped
mojado por la lluvia, del azul cristalino de las cataratas en un paisaje
primaveral, de colores castaños, leonados como los ojos de él.
En ese
momento pienso en él, en sus brazos, manos y piernas entrelazados con los míos.
¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿Por qué veo esos puntitos? Todas esas preguntas
se responden a la vez al despertar. Siento un dolor agudo en la parte derecha
del cuello donde, anteriormente, se encontraba una aguja gigantesca. Por fin ha
terminado. Por lo menos a mí me ha parecido contar seis de mis peores miedos.
Aturdida me levanto poco a poco de la silla en la que me recostaba y, ya en
pie, puedo apreciar a una prudente distancia, delante de mí, una figura
inmóvil. Me acerco unos pasos más. Me quedo paralizada por el terror. Puedo ver
una cara familiar a unos siete pasos de mí, aproximadamente. Tobias. Su cara inexpresiva
y pálida me acecha. Sus ojos fuera de órbita e inyectados en sangre me miran
como si no miraran nada en concreto. No lo pienso más, echo a correr y lo cojo
entre mis brazos. Siento un peso enorme en mi pecho. Se me iba. Él levanta la
cabeza. Su boca pide ayuda a gritos.
-¡Ayuda!-
grito -¡Ayuda por favor!- sollozo.
Hay
personas en torno a mí. Grito aún más fuerte. Una persona sale de entre la
multitud. Lleva una camisa y un pantalón ambos de color azul y una bata que le
cubre los hombros de color blanco. También lleva tacones altos y, como no,
también de color azul. Era Jeanine, líder de Erudición. Me ofrece una pistola
que se sitúa en su mano derecha. Yo la cojo mientras que ella se limpia
cuidadosamente las manos con una toallita que recoge de uno de los bolsillos de
su bata. Después de su maniobrada limpieza me dice infame:
-Mátale.
-¡NO!-
consigo pronunciar a base de mucho esfuerzo.
“Esto no es real, esto no es real”, pienso
Lo
levanto con cuidado para no hacerle demasiado daño. Aprieto con fuerza los
nudillos a la pistola para que me resulte más fácil mantenerla entre mis
sudorosas manos. Este miedo es realmente complicado. Aprieto el gatillo.
Abro los ojos. Ahora me vuelvo a
encontrar en la misma silla, con el mismo dolor de cuello, pero esta vez no hay
ninguna figura a lo lejos, que tanto me espante. Hay cuatro personas a mi
alrededor. Eso me recuerda... antes de que pueda responder a mi pregunta
alguien dice algo a mi lado con una voz extrañamente familiar:
-Enhorabuena- dice.
Lo reconocí al instante.
-Tobías.
-Gracias por matarme.
Sonrío. Él se ríe a la vez. Nos juntamos
en un apasionado y cálido beso acompañado de un caluroso abrazo de vuelta a la
realidad. Todo vuelve a ser normal en un mundo de simulaciones, miedos y
divergencia en su gran mayoría.
Todo vuelve a ser terriblemente real.
Tris Everdeen
Que bien escrito <3 .
ResponderEliminarNo me he leído el libro de Divergente pero el otro día me vi la peli. Y la verdad es que me encanto, pero como a mi siempre me ha gustado mas leer me ha gustado mas lo tuyo, pues se reconocer lo bueno.
Besos, Aletea.
Me encantó!!!! a seguir escribiendo!!!. :)
ResponderEliminarMe gusto.;)
ResponderEliminarMe ha gustado:-)
ResponderEliminarmuy hermosoo y emotivo, me dan ganas de llorar por el final de Leal pero este pequeño fanfic me gustó mucho :)
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